Capítulo 26. ¿Merecerá la pena?

Ya ha empezado el siguiente trimestre despues de una Navidad especial. Casi no he visto a Ismael, porque tengo que estudiar y él tambien. Estoy en clase dandole vueltas a todo lo que ha pasado, a como ha cambiado mi vida en tan poco tiempo. El profesor de historia acaba de entrar.
- Chicos, como os dije vais a hacer un trabajo por parejas. Las parejas mixtas.En clase se arma un revuelo. Todo el mundo busca pareja.Cuando pasan 5 minutos, todos tienen pareja. 
- Nerea vas con Jorge, sois los únicos que no tenéis pareja.
Eso me saca de mis pensamientos. Jorge y yo, en un trabajo de investigación fuera del instituto juntos.Al terminar la clase Jorge se acerca a mi.
- Mañana en mi casa a las 10:00.
- Vale.
Respondo con un hilo de voz casi susurro.A la salida del instituto voy a casa. Alli esta mi hermano.
- Marcos, ¿puedes llevarme a un sitio?
En 5 minutos estamos cruzando uno de los barrios ricos de la ciudad.
- ¿Y esto?
- Cosas mias
.- Nerea, no te metas en líos, ya tienes bastante cabreada a mama.
- No te preocupes, no es nada.
Me bajo de la moto justo en la casa donde hace un tiempo estuve con Ismael. Mi hermano ya se ha ido. Estoy muy nerviosa. No se si puedo hacerlo. Debo hacerlo por Ismael. Respiro hondo y llamo al telefonillo. Al rato se oye una voz de hombre.
- Buenos días, casa de los González, ¿en qué puedo ayudarle?
- Hola, soy una amiga de Ismael.
- Ismael no está en casa. Lleva mucho sin aparecer por casa.
- No es por Ismael ¿Podría decirle al señor González que me gustaría hablar con él?
- Un momento señorita.
Se oye el sonido al desconectar el telefonillo. Hace frío fuera, espero que merezca la pena haber venido aquí.
- El señor González puede atenderle un rato. Adelante.
La gran verja de la casa empieza a abrirse. Ante mi esta la casa más maravillosa que había visto. Un gran jardín se encuentra ante mi. Llego a la puerta y antes de que pueda llamar un señor con traje y camisa blanca me abre la puerta.
- Buenos días señorita. Soy Carlos el mayordomo de la casa.El mayordomo me conduce por un pasillo grandísimo hasta una puerta en la que se detiene.
- Espere un momento. El mayordomo desaparece y al cabo de unos segundos aparece otra vez.
- El señor la esta esperando.
Entro en una gran sala. En ella un hombre de espaldas que mira la calle.
- Buenos días.
- Buenos días
.- ¿Que quieres?
- Pues quería hablarle de Ismael. Bueno me llamo Nerea y estoy con su hijo. Se que seguramente no sea lo que quiere para su hijo, pero yo le quiero y veo una tontería que esten separados por algo así.
El padre de Ismael se queda callado.
- Bueno señor, eso es todo lo que quería decirle. Ya se ha perdido mucho de la vida de su hijo, no se pierda mas por el dinero.
Salgo de la habitación y su padre me coje del brazo.
- Gracias.
Al salir de esa gran casa, respiro hondo. Que mal lo he pasado. Marcos viene a buscarme.
-¿Vas a contarme lo que has hecho?
- Acabo de conocer al padre de Ismael.Llegamos a casa y llamo a María.
- Hola ¿ a que no sabes con quien estoy obligada a quedar mañana?
- No se.
- Con Jorge.
-¿Qué? Nerea, recuerda todo lo que te hizo.
- Ya lo se y no lo he olvidado.
Hay gente que piensa que las cosas se olvidan con nada, pero no es así, aunque pensemos que se ha olvidado, siempre se queda en algun rincón de nuestra memoria esperando a poder salir.