Capítulo 4. Dejarlo todo atras.

Llevo unos dias sin saber nada de él. Como si hubiera desaparecio, como si yo ya no le importase lo suficiente.
Voy a su casa. No está. Voy a buscarle a la caseta, en la que todo es perfecto, cuando estoy con él. Llevo puestos los cascos y en mi cabeza resuena:
Vivo y por eso me tumbo en las piedras
mirandote hasta el medio día
si me acompañas no tengo
por eso ni hambre ni frio
ni miedo ni sueño.
Llego a la caseta, entro y me encuentro a Javier con esa chica abrazados. Ella me ve. Me doy la vuelta y corro, corro hasta que no puedo mas, hasta que me duelen las piernas. En ese momento quiero estar en otro lado, lejos muy lejos de aquí. Quiero dejarlo todo atras.
Me voy a mi casa. Me tumbo en la cama. No puedo mas, quiero irme de aquí. Suena mi móvil, es él. Al principio pienso en no cogerlo pero como no voy a responder.
-Hola.
-Hola. ¿Dónde has estado estos días?
-Si el que ha estado desaparecido has sido tu. Debe ser que estabas demasiado ocupado.
-Por cierto, Sandra, la chica que te dije, es mi novia.
-Ya lo suponia.
-¿Cómo lo sabías?
-He ido a buscarte a la caseta, y no he querido molestar.
-Siento no habertelo dicho antes.
-No pasa nada.
-Nos vemos mañana.
-Adios
Cuelgo. Una lagrima resbala por mi mejilla. No duermo nada, me paso la noche despierta pensando en sus ojos, en su sonrisa. Se que tengo que apoyarle, aunque este enamorada y le quiera mas que a mi vida, porque el siempre ha estado a mi lado cuando más lo necesitaba.
Me despierto. Estoy agotada la ultima vez que recuerdo la hora eran las cinco. Sólo he dormido dos horas. Me visto, desayuno y me voy a esperar a Javier. Todavía es pronto, queda casi un cuarto de hora. Me siento en un banco. Al fin lo veo aparecer pero no va solo, va con ella.
- Hola Nerea, esta es Sandra. Sandra, Nerea.
-Hola. Encantada.
- Hola. Javier me ha hablado mucho de ti.
Empezamos ha andar camino del instituto, sin hablar. El la abraza, ella le hace cosquillas, se rien. No puedo aguantarlo mas. No puedo ver como esta con otra chica. Salgo corriendo. A lo lejos oigo como me llama, pero no giro la cabeza. Debo quitarmelo de la cabeza, debo olvidarme de él.