Ya ha pasado una semana de curso. Voy ha olvidarme de él va a ser lo mejor para los dos. Me visto y le mando un mensaje: ''No me esperes. He quedado con Sonia para irnos juntas.''
Llegamos al instituto juntas. Me doy cuenta de que es mas simpatica de lo que creía. Nos sentamos en clase y entra el profesor.
- Bueno chicos. Un nuevo alumno va ha estar con vosotros. Nerea he buscado a ver quien coincide en todas las clases con el y la unica eres tu. Asi que te encargo que pases una semana con el acompañandole y ayudandole a conocer a los demas.
Llaman a la puerta.
-Adelante.
-Aqui esta el chico.
- Os presento a Jorge. Hablanos un poco de ti.
- Pues, me llamo Jorge y he vivido en Madrid hasta ahora. Mi padre ha tenido que venir a trabajar y por eso estoy aqui.
- Jorge sientate al lado de esa chica. Se llama Nerea y va a ayudarte para que te adaptes.
El chico se acerca a la mesa que esta vacía al lado mío. Me mira y me sonríe. En ese momento un pequeño cosquilleo recorre mi barriga. ¿Que me ha pasado? La clase transcurre lenta. Alli esta él. Ese chico que ha producido en mi esa sensación. Suena el timbre y todo el mundo empieza a recoger. Jorge se acerca a mi sitio.
- Soy Jorge
- Yo Nerea.
- Encatado de conocerte.
Me da dos besos. Salimos al pasillo y nos dirigimos a la siguiente clase, que esta en el piso de arriba. Como soy tan torpe y encima va detras mia, se me cae la carpeta. Me agacho a recogerla al mismo tiempo que el. Nuestras manos se rozan y nos quedamos mirando el uno al otro sin decir nada. Sólo mirandonos. Y sin darme tiempo a reaccionar me besa. ¿Quién se cree que es? Lo aparto de mi y me voy sin decirle nada. El corre detras de mi.
- Nerea. Lo siento. No he podido cotenerme, pero reconoce que te ha gustado.
- Eres un engreido. ¿Quién te dice que me ha gustado? Me ha dado asco.
- No te creo.
Se rie. Tiene una sonrisa tan bonita y esos ojos. ¡Pero que estoy haciendo! Acaba de besarme y encima dice que reconozca que me ha gustado.
Entro a clase y el se sienta a mi lado. Le miro y me responde con esa sonrisa suya. Terminan las clases. Yo me voy para mi casa. El me sigue correndo.
- Anda no te enfades. Si tampoco ha sido para tanto.
Me cruzo de acera. No estoy fadada con él, pero debería estarlo. Me sigue. Ese chico no se cansa nunca.
- ¿Que quieres?
- Invitarte a comer . Para compensarte por el beso.
- Ni lo sueñes. Nunca me iria contigo.
- A las 3:00 te recojo en tu casa. Estate preparada.
Me da un beso en la mejilla. Otro cosquilleo aun mas fuerte recorre mi cuerpo. Llego a casa.
- Mamá. Un chico nuevo ha llegado al instituto y me han encargado que se lo enseñe. Y para agradecermelo me ha invitado a comer.
- Vale pero a las 5:00 aquí que viene tu tia.
- Si mama. Voy a arreglarme.
Subo a mi habitació. Me peino, me pinto un poco y justo en ese momento llaman al timbre. En ese momento mi corazon late a 1000. Bajo corriendo las escaleras y abro la puerta.
- Hola. Buenos dias. Usted es Nerea.
- Sí soy yo.
- Pues esto es para usted.
Cierro la puerta. Son las 3:10. Ya debería de haber llegado. Abro el paquete y dentro hay una carta que dice:
Ya se que tenia que ir a recogerte pero me parece mas divertido esto. Sal ahora, gira la esquina de tu casa y veras lo que tengo preparado para tí.
PD: Ponte los pendientes.
Dentro del sobre había tambien unos pendientes de perla. Una sonrisa ilumina mi cara. Salgo de la casa y giro la esquina tal y como me ha dicho. Hay unas flechas en el suelo. Las sigo hasta que desaparecen y en su lugar aparece un ENTRA dibujado en el suelo. Es una tienda de ropa. Entro y me dirijo al mostrador.
- Hola, soy Nerea. Un amigo me ha hecho venir aquí, pero no se para qué.
- Sígueme.
Sigo a la mujer hasta un provador de la tienda. Dentro hay un vestido rojo precioso y otra carta.
Nerea, espero que te guste el vestido. Póntelo es tuyo.
PD: Los zapatos también.
No me lo puedo creer. El vestido y los zapatos son preciosos, deben de haberle costado un monton. Me los pondre pero en cuanto lo vea se los devuelvo. Sálgo de la tienda. Jorge esta fuera mirandome.
- Estas preciosa. ¿Te gusta?
- No puedo aceptarlo, enserio.
- Si que puedes. Tómalo como un regalo de Navidad adelantado.
- Estamos en Septiembre.
Los dos nos reimos. Me coge de la mano y me lleva hasta una moto que esta aparcada en la otra acera.
- Princesa, su carruaje esta preparado.
Me sonrie. Arranca la moto y yo me agarro a él con fuerza.
- ¿Que te apetece comer?
- Sorprendeme.
Me lleva a un restaurante que está decorada con imágenes de la Torre Eiffel y parejas besándose. Jorge corre la silla para que me siente.
- Bueno hablame de ti.
-¿Qué quieres que te cuente?
- Pue no se hablame de lo que te gusta hacer, de lo que haces para relajarte.
- Me encanta nadar. Es como si volara. Hace que me sienta bien, consigue que se me olviden todos mis problemas. Te toca a tí.
- Pues a mi, para relajarme, me basta con cojer la moto y alejarme de mis problemas.
Es tan, cómo explicarlo, atento. Ha hecho todo esto por mi. Suena mi móvil. Es Javier.
- Hola.
- Hola Nerea.
Un silencio.
- Nerea, ¿qué te pasa? Estas muy rara.
- Lo siento. No me pasa nada.
- No digas eso, porque se que no es verdad.
-Esque pasas mucho tiempo con ella. Pero no te preocupes, lo entiendo.
- Esque es mi novia. Tengo que estar con ella.
Una lágrima. Jorge me mira preocupado. Me seco rápidamente y le sonrio.
- Tengo que dejarte. ¿Por que no hacemos como si no fueramos amigos durante un tiempo? Va a ser lo mejor.
- Si tu lo quieres.
- Adios tengo que dejarte.
Cuelgo. Jorge llama al camarero y pide la cuenta. Salimos del restaurante. Son las 3:30.
- ¿Te apetece ir al parque?
- Vale.
Caminamos el uno al lado del otro sin decir nada. Jorge me da la mano. Otro cosquilleo. ¿Puede que este empezando a sentir algo por ese chico? ¿Puede que ya no me importe tanto que Javier tenga novia?
Nos sentamos en un banco. El me mira.
- ¿Que pasa?
- Que eres perfecta, eres la chica más maravillosa del mundo.
Él acerca su cabeza a la mia. Esta tan cerca que noto su respiración. Cada vez se acerca más. Yo cierro los ojos quiero besarle. Pero ese beso no llega. Abro los ojos y ahí esta Jorge riendose.
- No decias que te daba asco besarme. Has estado apunto de hacerlo.
Le doy un puñetazo en el hombro. Él se rie y al final acaba contagiandome. Es verdad no puedo enfadarme con el. Miles de pensamientos llena mi cabeza, pero me hace sentir especial, única. Cuando miro el reloj son las cinco menos diez. En menudo problema me he metido.
- Me tengo que ir. Debería estar ya en mi casa.
- No te preocupes yo te llevo.
Al llegar a mi casa nos despedimos con un abrazo.
- Nos vemos mañana.
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